Tramuntana

Entró el viento enmascarado en palabras
y corrí hacia él en la noche negada de alientos furtivos.
Entró el viento con chispeantes gotas
Abocándome al camino que emprendía con él,
nos acompañamos tantos días como noches
sin perder el rumbo,
pese a ni siquiera tenerlo.
Entró el viento, desamparándome
con la mirada fija en lo vengado y dejado atrás.

2 comentarios:

dawkins dijo...

está bueno lo de: "sin perder el rumbo, pese a ni siquiera tenerlo." En ocasiones, no tener rumbo es necesario para llegar a lugares desconicidos para uno, pero por otro lado, uno no puede estar siempre navegando sin rumbo en dirección a la nada.

Claudia C. dijo...

me puedo imaginar el viento ...
y hasta sus palabras ...
este poema es como un dibujo.
me encanta!