Oda a la bella mar

Oh!, mar, tú, la gran mar que abogas
tu apego por los recuerdos
de mi memoria dormida.

Pensamiento, que rocoso te admira,
en la plenitud de un horizonte
finito por la curva de mi amada tierra.

Frondosas y celestes braman tus aguas
por mi atorada garganta, cuando
te trago sin dejarte de nadar.

Cuán efímero es el sufrir de mi alma,
y el altanero estímulo se intensifica
al nacer tu, mi mar, en el ocaso.

Aullido



a A.Pizarnik



Un silencio
gritado en cementerios
donde románticos muertos
pasean sus delirios
al lado de bellas damas
que desconocen
el horror
de la verdad.

Un silencio
gritado en calles polvorientas
donde niños vivos
pasean sus bicicletas rotas
que ignoran
la alegría
de la entereza.

Hubiese querido más que esto
y a la vez nada.

Redactar un relato

Sentado frente a la pantalla del ordenador Jaime Vera, un joven redactor de radio, piensa y piensa acerca de la historia que debe entregar, con prontitud, en la emisora para la cual colabora dos veces por semana. Concentrado en la idea de elaborar una ficción, que paulatinamente, vaya tomando forma de realidad virtual . . .
Una tropológica frase ronda por su cabeza, sin saber muy bien que construir con ella. Puesto que, su imaginación no sale del, ya clásico en él, bloqueo opta por anotarla, repetidamente, en una hoja en blanco.

El puerto color de cielo, El puerto color de cielo, El puerto color de cielo . . .


Aún así, Jaime no consigue despertar la más mínima atisbadura creativa. Hace entonces un breve paréntesis, enciende su equipo de música, abre la tapa del CD, y mete un disco de su cantaor de flamenco predilecto; ese instante de audición lo devuelve al mundo de lo onírico, espacio donde él más cómodo se siente para crear. Ya, en un particularismo estado de trance, las palabras en su mente brotarían, como aleteadoras mariposas que surcan el puerto color de cielo, y asomarían por sus quijotescos ventanales la lluvia en su rostro.
Tal, es la belleza en el abrazo de sus palabras que por ella, Jaime, grita su risa clara. Con toda su capacidad reflexiva a flor de piel va desgranando, cual varador olivero, cada sílaba, cada oración, cada paráfrasis . . . En el éxtasis de su creación un recuerdo vino a morderle, su lunes, que a él le obliga a responder al compromiso de entregar un texto.
Apurado por el tiempo, que lo devuelve a la cruda realidad, su idea se materializa en la frase con la que inicia su relato de la manera siguiente: "Tras atar bien atado su infante cadáver y llenarlo de piedras, se lanzó a la vertiginosa [vida] agarrándose a la balsa de cuanto debía [vivir]. . .

LA VENUS DEL PARC


No podia aplaudir l’arribada d’un nou dia, ni tan sols dibuixar un somriure o refregar-se els ulls per desfer-se de la son o aclucar-los perquè el sol del migdia no els fes vessar llàgrimes, com passa sempre amb els ulls clars.

No aconseguia de córrer amb els peus nus per la gespa del parc: entre les parelles que hi passejaven amorosides, entre la cridòria de la quitxalla, els plataners salvats de llur extinció, els vellets que prenien el sol, la noia que llegia assedegada i àvida un llibre el títol del qual no podia llegir i els gossos que bordaven eixerits passejant els seus amos.


Però cada dia podia sentir com ningú l’aire fresc als pits i entre les cuixes.

VIATGE

Li semblava

que no tornaria mai.

Els colors

havien deixat d'existir.

Les olors

ja no eren

de mel

de confitura.

Els paisatges

mirífics

se li instal·laven

rebels

al cervell.

La pluja

ja no era palpable,

el vent

no li acaronava

els cabells.

De sobte,

un crit de gat negre

li esclatà al cervell

i va tornar

a la realitat.

En la profundidad de tus ojos.

En la profundidad de tus ojos, te busco y no te encuentro
me duele tu ausencia, pero me lastima tu presencia,
me sentí muy amada, más resulte engañada,
Tus besos creí sinceros, tus ojos unos luceros.

Tengo un vacío total y mucha desesperación.
¡Heme aquí perdida entre mares de desierto,
mares de Llanto y aflicción!,
Pues solo encuentro tristeza y una gran desilusión.

¿Porque te fuiste? Le pregunto al cielo
a la luna sin dar respuesta, la estrella llora mi pena,
voy pidiendo tregua mi vida, pidiendo tregua a tu amor,
mi alma ansia tu mirada, mi alma ansia tu calor.

Me dejas con angustia y gran pesar,
mi alma con desconsuelo, no puedes hacer mal,
mi corazón está ardiendo, de tanta pena y dolor,
no merezco esto, yo merezco tu amor.

He decidido alejarme, pienso que ayer fui feliz,
me enseñaste amar mi cielo, la vida disfrutar,
contigo aprendí a reír, mis sueños compartir
Te debo tanto mí vida, que solo rezo por ti.


Gracias por darme vida, por hacerme feliz,
Solo queda desearte, paz, alegría y amor,
porque odiarte no puedo, daño me haría yo
mi venganza será amarte, adorarte con devoción.

El mar

Su belleza es, sin igual y encantadora,
Se observa ante el lejano horizonte,
Colores cambiantes y hermosos
Proyectando sus diversos tonos.

El rayo de sol señorial y potente
Infunde gallardía y gentileza,
Potencia, fortaleza y tenacidad
Grandeza e imperiosidad.

Impetuoso muestra su poder,
molino de viento, se convierte,
molino de tormento y atropello,
a todo aquello que encuentre por doquier.

Con oleajes fuertes y marejadas,
los barcos cual hoja al viento,
reconocen su fuerza,
y respetan su bravura.

Momentos de paz también demuestran,
en las olas, la brisa y el sol,
al ser refugio de los peces y crustáceos,
corales y perlas encarnadas.

Niño perdido

Hoy de noche fría y con niebla,
la luna con luz hermosa sobre el mar,
se escucha un triste cantar,
las olas preguntan ¿Quién anda allí?

La madre temblorosa exclama:
¡Mi hijo está perdido!
Mujer: ¿Has visto a un niño que canta
sentado en una lágrima? Allí está.

La madre corre hacia él,
mientras lo mira enternecida,
lo coge en sus brazos,
el niño le sonríe feliz.