Este placer de doblarse...

Pensaba la vida
como un pañuelo de seda.
Imaginaba su alma,
decorada con palabras
de tenues colores.
Los sentimientos bordados,
dibujando sonrisas,
insinuando lágrimas.
El deseo,
pintado, confundido
entre las palabras y los sentimientos ..
Cuando necesitaba huir del mundo
pensaba la vida, su vida,
como un pañuelo de seda.
Cerrándose en cuatro pliegues
bien marcados,
se recostaba en sus silencios,
hilvanaba sus ideas
mientras se refugiaba plácidamente,
en este placer de doblarse ...