Cadáver exquisito

No hubo temblor,
y en la magia está tu cuerpo,
y en tu cuerpo está mi alma.
Enciendo un cigarrillo y saboreo el humo,
se me queda el sabor en la boca.
Una resaca pálida de madrugada flota en el aire
cuando el sol abraza la luna.
Aquí, resucitando a los muertos,
llenándonos de su energía eterna.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Este poema me gusta. Tiene algo y provoca una sensación de mi agrado. Es válido y ello es difícil en un poema de estas características, en el que influye tanto el azar, y el azar puede jugarte malas pasadas. No ha sido, afortunadamente, el caso. Así se demuestra, de paso, la posible universalidad de un poema, más allá incluso de la intención de sus autores/as.

Meritxell Sales

Txell Sales dijo...

Molt bo. Digne que l'haguessin llegit Foix i Trabal, com a mínim. Intenta captar l'instant, allò inefable que l'art vol devorar sovint.

Anónimo dijo...

realment es impressionant. Aquest poema fa reflexionar sobre la qüestió de l'atzar. Jo no hi crec, però tampoc puc trobar cap explicació racional al efecte produït. Potser hi han efectes grupals que no es poden mesurar. Recordo el moment de la creació i va ser molt maco

Unknown dijo...

Me ha parecido un poema muy profundo, la estrofa final rompe con las sugerencias del principio sosteniendo un aire de misterio sobre la exitencia.