Haz que las palabras rompan tu silencio



Esperábamos una voz que se asomaba del silencio.


Nos acechaba el frío en el vuelo sorprendente de la poesía,

el azar de las palabras, los cientos de versos que forman un paisaje y una chispa se hace llamarada de sentido.


Así como quién busca en arenas movedizas, anduvimos por viejos mundos.


Nos aventuramos a una voz desconocida,

sus palabras volvían río abajo como el llamado del diluvio,

sus manos temblorosas abrazaban la congoja vestida de poesía.


Balbuceamos sus versos, amordazamos el tiempo, devoramos migaja por migaja su creación.


Éramos todos los nombres y éramos el viento.


Junto al color del chocolate, el olor a nuez,

la tormenta de la poesía nos decía:

“Haz que las palabras rompan tu silencio”


Postal

09-01-2010




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