Este placer de doblarse...

Pensaba la vida
como un pañuelo de seda.
Imaginaba su alma,
decorada con palabras
de tenues colores.
Los sentimientos bordados,
dibujando sonrisas,
insinuando lágrimas.
El deseo,
pintado, confundido
entre las palabras y los sentimientos ..
Cuando necesitaba huir del mundo
pensaba la vida, su vida,
como un pañuelo de seda.
Cerrándose en cuatro pliegues
bien marcados,
se recostaba en sus silencios,
hilvanaba sus ideas
mientras se refugiaba plácidamente,
en este placer de doblarse ...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Aquest poema em sembla molt reexit perquè hi ha una total connexió entre l'objecte -el mocador- i el jo poètic. Meritxell

Anónimo dijo...

a mi me encanta la metáfora entra la vida y el pañuelo de seda

Lilith dijo...

¡Qué gracia! Esto es el mundo al revés. Cuando nos dicen que escribamos no escribimos, y al decirnos que no escribamos... todo lo contrario, jajajaj.

A lo que vamos, al poema, ¡es precioso, Claudia! Además, al leerlo te imaginas cómo se va plegando el pañuelo, y tú mismo, cómo es tu pañuelo. Precioso, de verdad. Igualmente, yo le quitaría los dos puntos suspensivos. :-)